Vida Abundante Cicero

La solución para derrotar la división en la iglesia no es el crear un ambiente de aceptación o desarrollar programas que fomenten la unidad, la única solución a este gran problema es la predicación legítima del Evangelio, ya que es la Palabra de Dios la que nos santificará de una manera paulatina y hará que nuestras vidas sean un sacrificio vivo y aceptable a Dios.

¿Está Cristo dividido? ¡No! Y qué gran verdad es esta, Él murió por un solo grupo y nuestro trabajo es buscar esa unidad, ya que una iglesia llena del Espíritu Santo tiene una comunión con Cristo y los unos con los otros, porque no hay diferencia entre nuestros hermanos y hermanas, todos estamos unidos bajo el mismo Señorío de Cristo.

En esta semana, aprendimos el cómo es que la fortaleza del creyente no está en sí mismo, sino que esta viene solo por la gracia de Dios, porque por medio de Su gracia, Él nos enriquece espiritualmente y nos sostendrá hasta el final, y cuando entendemos eso, podemos entender que contamos con Su favor, gracias a Jesucristo y para aquellos que son seguidores de Cristo y obedecen Sus mandamientos, tienen esperanza y esa esperanza es el regreso de Cristo, por lo que debemos vivir con esa anticipación.

El Señor trata con sus hijos y lo hace por muchas razones. Cuando Él trata con nosotros, hace que: - Aprendamos a buscar su favor - Aprendamos a servirle como Él quiere - Aprendamos a alabarle, y que nuestro corazón cambie profundamentePor eso, en medio del trato de Dios, aprende las lecciones que el Señor quiere enseñarte y confía en Él.

En este sermón, aprenderá cómo Salomón da consejos a su hijo sobre dónde confiar, cómo confiar, cuándo confiar y por qué confiar. En última instancia, lo que Proverbios 3:5-6 nos enseña es que aquellos que verdaderamente confían en Dios son reconocidos por el camino recto por el que caminan.

El Apóstol Pablo, al identificar a la gente de Dios usa la palabra "Santos" ¿pero qué es lo que significa que cada miembro de la iglesia de Dios sea Santo? Bueno, ya que estamos bajo el Rey, él demanda obediencia de nosotros, sus súbditos, él demanda unidad y nos llama a vivir nuestra fe de una manera que lo represente a Él.

Episodio especial del día del padre.

El acto de la "proclamación" del Evangelio no se debe de confundir con hacer obras de caridad, ya que el mensaje de la Salvación vas más allá de tratar de acabar con la pobreza; en el mundo evangélico no existe otro método en la transmisión del Evangelio, que la predicación de la Palabra de Dios.

El maravilloso llamado de Dios, no se basa en nosotros, sino en el que nos llama, y esa es la razón principal para servir con humildad y gratitud, porque nuestro llamado a servir a Dios ha venido solo por Su gracia, y ya que representamos a Dios en todos lados, nuestro comportamiento debe de alinearse a la Palabra de Dios, porque cuando somos llamados al campo misionero, nuestra familia debe de ser la primera quien reciba la semilla del Evangelio, porque tenemos 2 opciones, ser los sembradores o la piedra de tropiezo en sus vidas.

La llenura del Espíritu Santo no es algo que se experimenta en un momento especial, esto es algo con lo que se vive diariamente, y esto es lo que le pasa al Apóstol Pablo, ya que él llega a conocer a Jesús como a su Redentor y Salvador, para así poderle llamar Padre y Señor, es en este momento donde su vida de enemigo de la iglesia se transforma en una vida llena de humildad, y ahora es un esclavo de Cristo, y de esa misma manera cada uno de nosotros como discípulos de Cristo, nuestro deber es imitar a Pablo, porque Pablo imita a Cristo en humildad y gracia.

Pablo, el Apóstol de Dios a los Gentiles, escribió a una iglesia imperfecta que se había desviado de la sana doctrina, y en consecuencia, su carnalidad estaba en pleno florecimiento. Sin embargo, de la misma manera, les animó a recordar que la gracia de Dios era suficiente para perdonar a los viles pecadores.

Episodio especial celebrando el día de las madres.

En el mensaje de esta semana, aprendimos que La palabra de Dios no es solo para ser leída; también es para ser aplicada a nuestra vida diaria ya que Su palabra es la solución para vivir una vida santa que lo glorifique. Debemos vivir una vida con propósito que busque a Dios diariamente, y podemos hacerlo sometiéndonos a Él y leyendo Su palabra.

En esta última semana del Libro de Habacuc, nos dimos cuenta cómo es que nuestras oraciones deben de ser enfocadas en Él, ya que aún en nuestra aflicción, Su carácter y atributos son los que nos sustentan y producen fe en nuestra vida, porque no hay nadie más quien nos pueda traer paz, ya que en medio de la ira, si nos arrepentimos y venimos ante Él.

Cada vez que nosotros nos acercamos a Dios en oración, apelamos a Su carácter y esa es una gran motivación en nuestra vida, ya que Él como un padre amoroso inclina su oído a nosotros, pero de la misma manera, Él mismo nos advierte de lo que pasará si desobedecemos sus ordenanzas al comportarnos de una manera contraria a Su Palabra.

Hoy, hemos aprendido acerca de la importancia de realmente conocer a Dios, de la misma manera que el profeta levantaba sus oraciones a Dios, al clamar por Su ayuda e intervención divina a las situaciones, nos tenemos que recordar que Dios mismo muestra en Su Palabra cada uno de Sus atributos, cada una de sus acciones son santas y buenas, es por eso que podemos poner nuestra fe completamente en Él.

En Génesis 3:15 nos encontramos con la primera vez que Dios da la promesa de redención, ahí nos enseña que la semilla de la mujer vencerá y aplastará la cabeza de la serpiente, dando libertad a toda persona cautiva por las garras del pecado, nuestro Mesías vendría como un ser humano, cumpliría la Ley al pie de la letra y moriría sin pecado, porque Dios no podría aceptar una ofrenda menos que esta, Su ira sería apaciguada, y aunque la muerte pensó que había ganado, su aguijón se rompió, Jesús resucitó, de la tumba salió y nos dio la victoria.

El llamado de Dios a las misiones, es algo que como creyentes no podemos ignorar. Vemos en las Escrituras cómo es que el Apóstol Pablo, hace hincapié en lo generoso que fueron los creyentes de Filipo, Pablo reconoció que no fue él quien movió el corazón de las personas para que vieran su necesidad, si no Dios mismo fue el catalítico que inicio la obra en los hermanos. En cada obra que se pone en marcha, se sostiene con un compromiso de la iglesia local, y van de la mano tanto las oraciones, como la ofrendas monetarias, para que el hombre que respondió al llamado pueda trabajar y enfocarse en la predicación del Evangelio. Al final, es nuestro Señor Jesús el edificador de Su iglesia, y Él solo nos da la oportunidad de ser partícipes de Su obra.

Tenemos acceso al Padre porque Jesús es nuestro sacrificio. Por su sangre y por su carne se eliminó la separación que existía entre Dios y nosotros. Además, Él es nuestro gran Sumo Sacerdote, lo que nos recuerda que no sólo nos salva, sino que nos santifica y nos presenta santos ante Dios. Sin embargo, aunque Jesús nos da acceso al Padre, debemos recordar que lo que importa es cómo nos acercamos a Dios.

Con la predicación de esta semana y después de tres años, llegamos al final de nuestra serie sobre el Evangelio de Juan, pero ¿qué hemos aprendido? Una de las cosas asombrosas que obtuvimos fue que la marca del verdadero discípulo es su amor por la Palabra de Dios, porque sólo el verdadero discípulo no apela a las emociones de la vida cristiana, sino a los estatutos de su Salvador, porque es allí donde encuentra la vida eterna.